oh shit here we go again

Lo sé, lo sé. Sé lo que estáis pensando. Que los blogs están pasados de moda; que ahora estaré súper entusiasmada con volver a retomarlo, pero que no es la primera vez que me lo propongo y al cabo de un tiempo volveré a dejarlo de lado; que probablemente me lean tres amigues y medio y, de vez en cuando, algún familiar que le dé por stalkearme en redes... A lo que yo os responderé:

Antes que nada, vale, reconozco que no es mi primer intento de revivir Trotamundos (no, no he cambiado el nombre del blog, pero es que no se me ocurría nada mejor y la verdad es que le tengo bastante cariño a este, don't judge me), pero han pasado ¡seis! añazos desde la última entrada (y no os molestéis en buscar las antiguas, que no podía soportar la idea de que leyerais a la Julia adolescente, así que las devolví todas a la sección de borradores). Ahora sOy DiFeReNtE, ¿vale?, hE cAmBiAdO. Escribo mejor que antes, tengo mejor gusto -bastante creíble y nada difícil, a juzgar por el diseño de la versión antigua de la web-, durante estos últimos años he coleccionado miedos, inseguridades y traumas que puedo explotar en diversas ocasiones... En resumen, un pedazo de character development en toda regla.

Luego, sobre lo de que quizás no me lea ni el tato: fuck it. Una amiga mía escribió una vez en su blog que ella no escribe para ellos (me gustaría saber a qué "ellos" concretamente se refiere), que ella escribe para sí misma; y otra siempre me cuenta que a veces escribe un nosequé o un nosecuánto, pero que nunca piensa enseñarle a nadie nada (goao). Yo escribo para todo el mundo, pero sobre todo para mí. Si escribo un poema sobre el duelo tras una ruptura o un artículo sobre el minimalismo aplicado a las relaciones interpersonales o un relato sobre mi abuela o un libro entero sobre estar gorda (ojito cómo os voy dando ya algunos adelantos de próximas entradas posibles) y nadie los lee -lo cual sería una pena porque, aunque no soy ningún primor, humildemente considero que algo interesante sí que soy-, ¡no pasa nada!, porque eso no los hace menos escritos que si los hubiera leído el mundo entero.

Porque yo, antes que para nadie, escribo para mí. Siempre ha sido así y así seguirá siendo. Escribo porque mamá, quiero ser artista. Escribo porque, para qué engañarnos, me encanta hablar de mí misma. Escribo para sacar de mis entrañas todo lo bueno y todo lo malo que considere oportuno o necesario sacar. Escribo porque es la forma más sana y fructífera que conozco de vaciarme. En definitiva, como dijo Federico, escribo porque, si no, me pudro por dentro.

Bienvenides una vez más. Espero que tanto yo como vosotres nos quedemos por aquí mucho tiempo.

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